miércoles, 23 de septiembre de 2009

OTOÑO, ÉPOCA PARA PENSAR Y VIAJAR

El verano es un tiempo algo frívolo, barato, sin más preocupación que el placer inmediato: comer, beber, refrescarse, dormir a pierna suelta, ligar bastante, y desplazarse de un lado a otro con una alegria a veces forzada por aquello de que hay que convencerse de que se pasa bien, aún que a veces no sea cierto.
Por el contrario el otoño, es una época mas reposada, de más calidad. Si telefoneas a alguien o le escribes un mensaje, le encuentras y pobablemente conteste ese mensaje. La ropa de vestir tiene otro empaque, tambien el calzado, abandonando las chancletas y sandalias parece que volvemos a la civilización. Es tiempo de pensar un poco en nosotros mismos como reflejo de esa naturaleza que descansa, pero no con el atolondramiento antes descrito del verano. Es un descanso en el ritmo mas ordenado de cada dia, que podemos salpicar con salidas y viajes, siempre más agradables que cuando las aglomeraciones y el calor nos hacen dudar de que realmente sea esa época la mejor para hacer esas salidas, claro que las vacaciones mandan, pero es interesante repartir un poco durante el año estas salidas y disfrutar de los paisajes en ocres y amarillos o con nieve y hielo.
El dia más corto propicia que tengamos más tiempo para estar en casa, para recogernos en nuestra actividad intelectual leyendo, escribiendo, escuchando música o simplemente imaginando, pensando, acariciando proyectos o esperanzas...
El otoño tiene un encanto especial, es como aquellas personas que con cierta edad y con algunos mechones blancos en el pelo, respiran una placidez y una belleza muy elegante, especial, de categoria ganada a lo largo de los años ya vividos.